El legendario lateral brasileño Roberto Carlos lo dejó claro: aquel día de 2006, cuando el joven Lionel Messi brilló ante el Real Madrid, el mundo fue testigo del nacimiento de una estrella que marcaría una era. “Cuando terminó el partido lo miré a Cannavaro y le dije: ‘Dios mío… ¿Quién es este jugador? Es el nuevo Maradona'”, confesó el exjugador del Real Madrid.
Aquella noche, Messi, con apenas 19 años, dejó atónitos a los defensores merengues con su velocidad, regate y capacidad para desequilibrar. Roberto Carlos, con su vasta experiencia, comprendió que estaba presenciando el surgimiento de un futbolista destinado a la grandeza.
El argentino, nacido en Rosario, llevó consigo el peso de las comparaciones con Diego Armando Maradona desde muy joven. Sin embargo, no solo estuvo a la altura de las expectativas, sino que las superó. Messi no solo replicó las proezas de Maradona en la cancha, sino que estableció su propia dinastía en el fútbol mundial.
A lo largo de su carrera, Lionel Messi ha conquistado todo: Champions League, Balones de Oro, lígas nacionales y, finalmente, la Copa del Mundo con Argentina en 2022. Su legado es indiscutible y su influencia en el juego ha sido incomparable. Tal como predijo Roberto Carlos, los defensores de generaciones posteriores han sufrido ante su talento.
El brasileño admite que tuvo suerte de no enfrentarse tantas veces a Messi antes de su retiro. “Sabía que sería el mejor jugador del mundo y que ganaría todo”, recordó con admiración.
Hoy, el mundo del fútbol reconoce a Messi no solo como un digno heredero de Maradona, sino como un jugador único, con un legado propio e incomparable. Desde aquel día de 2006 hasta su consagración como campeón del mundo, Messi ha demostrado que no solo fue el “nuevo Maradona”, sino que es Lionel Messi, una leyenda inmortal del deporte.