Un trágico desenlace ha marcado a la República Dominicana tras la muerte de Rubby Pérez, un joven atrapado en el colapso de una tarima durante un evento masivo. Los esfuerzos de rescate, que se llevaron a cabo en un ambiente de desesperación, fueron imposibles debido a la naturaleza repentina del incidente. Un rescatista, que prefirió permanecer en el anonimato, explicó que, a pesar de los esfuerzos por salvar a Pérez, las condiciones eran extremas. En el momento del colapso, él intentó avanzar, pero una pantalla lo golpeó, y el suelo se desplomó, lo que complicó aún más la situación.
Los primeros minutos fueron cruciales. “No sé si estaba con vida en las primeras cinco horas”, afirmó el rescatista, destacando la angustia de quienes estaban atrapados. En medio de gritos de auxilio, se realizaron esfuerzos heroicos para liberar a las víctimas. Tras arduas horas de trabajo, se logró rescatar a 189 personas con vida, pero el destino de Rubby fue devastador.
El rescatista también reveló que la misión de rescate abarcó desde el “área cero” hasta la ambulancia, y lamentó que, tras entregar a Pérez a los servicios médicos, ya no pudieron hacer nada más por él. Según el último reporte, no hay más cuerpos ni sobrevivientes en el lugar, pero las secuelas de esta tragedia han dejado una huella profunda en la comunidad, que se une en oración por las víctimas.
La respuesta de los servicios de emergencia ha sido rigurosa, siguiendo protocolos estrictos para el manejo de los cuerpos. Este incidente ha impactado profundamente a los rescatistas, que llevan décadas enfrentando situaciones críticas, pero este colapso ha sido uno de los más devastadores, dejando un vacío en el corazón de la nación. La comunidad ahora se enfrenta a la difícil tarea de sanar tras esta tragedia que ha conmocionado a todos.